Con un total de 80 goles de handicap en la cancha (es la quinta vez que sucede en un torneo oficial que todos sus jugadores tengan diez de handicap, la máxima valorización en el polo), la final del Abierto de Hurlingham, la primera instancia de la Triple Corona, fue una tarde histórica, con tribunas llenas y salpicadas de verde y de celeste y blanco, los colores que representan a La Natividad y a La Dolfina, respectivamente..